Notas Acusmáticas
Creo que a estas alturas ya difícilmente podemos imaginar la vida sin música, puesto que se ha convertido en nuestra omnipresente acompañante. Siempre está lista para amenizar nuestras fiestas, una reunión de trabajo, en las películas, en el auto o en la comodidad del hogar, ¡y claro!, también cuando practicamos un deporte.
A pesar de que existen diversos debates en torno a la efectividad de escuchar música de nuestro agrado para realizar ciertas actividades –de hecho ya he escrito anteriormente sobre la relación entre la música y la ciencia y la música y la salud-, es un hecho comprobado científicamente que influye en nuestro desempeño de diferentes maneras y por supuesto que en el deporte no es la excepción.
Ejercitarnos físicamente tiene enormes beneficios para la salud y si pensamos en el potencial de combinarlo con la música, los resultados van más allá de nuestra imaginación, sobre todo si se trata de músicos. Les doy un par de ejemplos de cómo influye escuchar música cuando hacemos ejercicio:
En un estudio publicado por la Universidad de Brunel se sometió a 12,000 deportistas a un ejercicio cardiovascular intenso mientras escuchaban temas de Queen, Madonna y los Red Hot Chilli Peppers, comprobando que la mayoría de los voluntarios mejoraron su rendimiento en un 15%, además de que se encontraban más felices y satisfechos con el trabajo realizado.
Otro caso es el estudio publicado por el Instituto Max Planck, el cual demuestra que la música ayuda a los corredores a realizar su actividad de una manera más natural, es decir, que sus movimientos son más coordinados y sincronizados, por consiguiente ocasionándoles menor fatiga.
Es tal el poder de la música en nuestro cerebro que evidentemente el ritmo influye sobremanera en el desempeño que podemos tener al practicar un deporte. Si escuchamos una canción tranquila es probable que incluso nos dé flojera hacer ejercicio, al contrario de cuando escuchamos música más rápida o cuyo beat nos permita sentirnos con más energía, pues nuestro corazón se acelera y por ende estamos más dispuestos para la tarea.
Yo personalmente me he percatado de que los músicos que practicamos algún deporte o hacemos ejercicio de manera habitual solemos rendir mejor en el escenario. El caso de Uzz, vocalista de L.E.D.S. (Light Experience & Dynamic Sound), es revelador, pues él admite que desde que acostumbra salir a correr su respiración se ha renovado, lo que lo ha ayudado a cantar mejor.
Precisamente una vez leí una entrevista con Travis Barker, uno de los músicos más influyentes en la primera etapa de composición de Uzz, donde el famoso baterista platicaba por qué le gusta correr. Luego del terrible accidente que sufrió hace ya casi 10 años, prácticamente lo habían sentenciado a ya no poder tocar su instrumento y quizá ya ni siquiera a caminar, lo que lo llevó a desafiarse a sí mismo, pues la idea de no volver a tocar lo aterraba y desde entonces no solamente recuperó la movilidad de sus piernas, sino que sale a correr diariamente y dice que esto le da más energía para tocar mejor. Eso es lo asombroso del deporte y de la música, que combinados pueden ayudarnos a superarnos a nosotros mismos.
Y claro que no es el único músico famoso que practica cotidianamente un deporte de alto rendimiento. Elton John en su momento fue presidente del Watford, ahora equipo de la Premiere League, y de igual manera su amor por el tenis lo ha incitado a organizar torneos en beneficio de su fundación contra el SIDA. Justin Timberlake es otro asiduo deportista que juega en la liga de celebridades de la NBA y practica golf. Alice Cooper también disfruta de este deporte e inclusive compite en torneos profesionales y él mismo organiza algunos dedicados a la beneficencia.
Quizá en algunos músicos a primera vista no se observen los beneficios que conlleva el practicar un deporte disciplinadamente, pero en definitiva es excelente para la salud y Bruce Springsteen es un excelente ejemplo. A sus 68 años de edad, es otro músico que gusta de salir a correr todos los días y se ven los beneficios del ejercicio tanto en su cuerpo como en su desempeño musical, pues a la fecha continúa con sus giras y conserva esa voz característica que lo convirtió en un ídolo.
En suma, aunque no nos guste aceptarlo, ciertamente el sedentarismo acarrea diversos malestares e inclusive graves enfermedades a la larga. Ha quedado en evidencia que el ejercicio ayuda a cantar mejor y que el rendimiento en el escenario es mayor, pero tampoco podemos dejar de lado el hecho de vernos y sentirnos bien. Así que nuevamente los invito a que lleven una vida sana, seamos músicos o no y en el primer caso recuerden que somos un ejemplo a seguir para todos aquellos que nos observan. Pero si eso no es motivo suficiente para ti, sólo piensa que si incorporamos el ejercicio a nuestra vida muy seguramente a nuestros 68 años también seguiremos rockeando con la energía de Springsteen, ¿o a qué edad quieres dejar de rockear?
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